Tres meses de confinamiento, el desconfinamiento y la entrada en una nueva normalidad de momento sin fecha de caducidad, han marcado y marcarán nuevas tendencias en la relación del ciudadano con su casa, el medio urbano, el entorno y la percepción de calidad de vida

 

La gente ha tomado conciencia de la vivienda donde vive, y los hogares han cobrado protagonismo y centralidad. La pandemia señala y en algunos aspectos reafirma nuevos caminos para la arquitectura y el urbanismo; una nueva manera de pensar las viviendas y las ciudades, en que hará falta repensar los espacios, los materiales y la relación de las personas con su entorno. Como toda crisis, esta también nos puede hacer aprender, rectificar y mejorar.  

 

Cambios en urbanismo

Absolutamente inesperada ha sido la espectacular bajada de la contaminación atmosférica y acústica, y el cambio radical que por unos días ha experimentado el paisaje urbano. Es el momento de situar la conciencia ambiental y la calidad de vida en el centro del urbanismo, de la arquitectura y del diseño. El paso adelante que ha dado el tele trabajo y el uso de las nuevas tecnologías estos días ha sido espectacular, y ha quedado claro que se pueden reducir de forma significativa los desplazamientos y avanzar hacia una movilidad más sostenible. Vivir de otra manera es posible, con menos ruido, atascos, humos y carreras consumistas. 

 

La necesidad de esponjar el espacio público, la tendencia centrífuga de los centros hacia la periferia, la necesidad de ahorro energético y el respeto por el medio, nos han de llevar a unas ciudades más sostenibles y descongestionadas, donde se restringirá el tránsito de coches, se potenciará el ir a pie o en bicicleta y donde cobrará un nuevo relieve el factor proximidad. 

 

Nuevas tendencias en arquitectura

Parece claro que la situación actual marcará una nueva manera de construir. Contrariamente a las normativas constructivas de estos últimos años, tendentes a fachadas planas, con pocos balcones y casi prohibiendo las terrazas, la nueva tendencia será de construir edificios que garanticen el acceso exterior, la ventilación y la luz natural. Habrá una reinterpretación de los espacios interiores y una clara apuesta por la flexibilidad: espacios para la vida y para el trabajo productivo, incorporación de verde interior, polivalencia, adaptabilidad y mayor participación de los futuros usuarios en la elaboración de los proyectos. 

 

Salidas exteriores y espacios verdes ahora son valores en alza: el confinamiento ha hecho tomar conciencia de la diferencia entre tener jardín, terraza grande, luz y vista o no tenerla, y que la pared del edificio de enfrente sea el cuadro fijo de todo el día.